Araceli Argüello payando feminismo: “Los tiempos han cambiado, o mejor expresado, los hemos hecho cambiar a fuerza de lucha y participación”

Charlamos con la payadora Araceli Argüello, para conocer qué cuestiones la motivaron para comenzar su recorrido artístico, cómo observa la participación de las mujeres en las payadas y para que nos comente sobre este tipo de arte.  “Mis sueños de payadora alimentan el anhelo de llevar mi humilde canto de mujer a cada rincón del mundo” expresó.

Araceli explicó que, como mujer, debió enfrentarse a diferentes quimeras, ya que el ambiente tradicionalista y payadoril ha sido históricamente protagonizado por hombres. “Los tiempos han cambiado, o mejor expresado, los hemos hecho cambiar a fuerza de lucha y participación”, valoró.

“La necesidad de dejarle y decirle algo al mundo es lo que me ha llevado a ganarme el lugar y respeto con que mis compañeros payadores me reciben”, señaló. Mencionó que las mujeres que la anteceden en el arte han sido precursoras del movimiento feminista en lo que es la payada, “llevando el intelecto y talento payadoril a la cúspide de lo posible por enaltecer la igualdad de género”, indicó y destacó como referentas en este sentido a Marta Suint, Liliana Salvat y Susana Repeto.

En este marco, explicó que las mujeres improvisadoras han tenido que abrir camino frente a la estigmatización y prejuicios históricos y culturales, demostrando, en palabras de Araceli, un sobrado talento, “el mismo que encandila y deslumbra de manera que es imposible enajenar e ignorar el rico aporte del matiz y la perspectiva femenina”. Indicó que “el gauchaje” recibió con agrado y alegría el rol de la mujer en el arte payadoril.

Nació una payadora

“La materia prima de mi canto nace desde la profundidad de mi corazón y alma, de las propias experiencias de vida, pero por sobre todo germina desde mi lugar de origen; mi pueblo, mis vecinos y mis costumbres”, nos contó Araceli.

Señaló que el arte de la payada nació con ella un 20 de febrero de 1995, en Pozo del Molle. “Crecí y fui educada en una familia costumbrista y tradicionalista, nieta, hija y hermana de grandes jinetes”, afirmó la payadora. Ara considera que, desde temprana edad su alma cultivó el arte del payador. Nos cuenta que tenía 5 años y recitaba versos de Martín Fierro y del payador patagónico Saúl Huenchul, “con el pasar del tiempo me engarcé al mi menor de mi guitarra y me hermané a ella afinando mi voz en las milongas”, indicó.

A los 18 años fue bautizada como payadora por una referente marplatense, Marta Suint y por el uruguayo José Silvio Curbelo. El camino que vienen recorriendo Araceli y su guitarra, la han llevado a conocer diversos lugares de Argentina, pero también visitó España y Uruguay.

Comentó que, desde niña, la observaban asombradxs por su capacidad de poetizar la vida cotidiana, teniendo en cuenta que su instrucción y aprendizaje se fue desarrollando de manera autodidacta.

¿Qué es una payada? ¿Cómo se compone?

Araceli nos explicó que la payada se entiende como un dialogo cantado entre dos improvisadorxs o más que abordan temas de diversa índole, la improvisación también es individual, “pero la impronta de la payada consiste y se caracteriza en demostrar la destreza e inteligencia del vuelo poético del payador o payadora” quien cuenta con conocimientos de cultura general. Ara señaló que se valora la originalidad, el ingenio metafórico, y también el sustento creador y espontaneo de cada verso.

“La payada rioplatense musicalizada al compás de la milonga en mi menor, ha sido puente y recurso del payador para expresar penas y glorias, como también ha sido su guitarra esgrima en la batalla del lance verbal frente a otrx payador que diciente y discrepa en ideas y concepciones”, explicó Araceli, a lo que sumó que, en estos casos, en donde se produce un enfrentamiento dialogal, se denomina “payada de contrapunto”.

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